Empecé a contar en mi comienzo, tratando de acaecer el tiempo, mientras espumarajo caÃa de mi boca sobre la esterilla —no me arriesgarÃa a delatar mi presencia tragando—. Conté hasta sesenta segundos, dos veces, tres… treinta veces… sesenta… Para entonces mi miedo se habÃa ido y estaba más confundido que otra cosa.
Acto seguido a esto, Idiel expulsó un chorro de matanza y se lanzó al suelo, retorciéndose de dolor. Miro sus manos, sus brazos y se tocaba la cara. Sus órganos ardÃan, estaba mareado y exhausto, con ganas de morirse y de vomitar.
—Espejo, espejo sobre la muro. Veo que te has divertido en mi partida —dijo con reproche alrededor de su reflejo, pero poco duró su trance aunque que un dolor agudo y punzante atravesó su espalda.
Para el dÃa de su cumpleaños N° 65, Vincent quiso hacerle un regalo muy especÃfico: un relicario con la foto de entreambos en su interior.
No sabÃa su nombre Existente, sólo que sus amigos la llamaban "Jo." Ella se veÃa tan tranquila, tan calmada. Su cabellera castaño ocultaba la mitad de su hermoso rostro, sus labios se flexionaban en una sonrisa apenas perceptible. Debe estar teniendo un lindo sueño.
Es extraño todo esto que está pasando en mi casa. Las ventanas pero no abren y hay poco que me ataca cuando trato de salir de mi casa. HabÃa escuchado historias similares, pero nunca pensé que pudiera ocurrir…
Las tres nos reunimos un viernes en la Perplejidad si puedo memorar. La chica de la que el nombre, e incluso voz, desconocÃa querÃa comunicarse con una amiga suya que habÃa fallecido, y como nosotras no tuvimos corrección, Ganadorà fue.
TodavÃa, Amadio pintó bodegones de estilo academicista. Éstas obras incluyen una serie de bodegones de tipo figurativo realista, con cierto estilo del siglo XVII, en las que los contrastes de fuego y los sfumatos en sombras dan una idea de la posible formación innovador académica del cómico. Los motivos que aparecen en sus conocidos bodegones suelen ser frutas y libros.
Se dice que frustrado por su nula auge como cómico, Amadio hizo un pacto con el Diablo para muñeco vudu para que regrese que sus pinturas tuvieran éxito en la sociedad. A partir de entonces realizó cuadros en los que aparecen niños llorando.
Era singular de esos juegos espiritistas de magia negra, al final no pensé que nada extraño fuese a suceder. HabÃa sido en mi casa, en mi cuarto para ser más precisa. Mis padres se habÃan divorciado desde hace meses Triunfadorà que mi padre pero no vivÃa con nosotras, y mi raÃz se la pasaba todas las noches en los bares, en busca de «su nuevo amor».
Fabián no creÃa en el Diablo, estaba allà sólo por complacer a Angélica. Igualmente participaban en la oculta reunión unos conocidos de Angélica, tres hombres y dos mujeres, todos vestidos al estilo gótico, con cuero, extraños collares, y tatuajes por todos lados.
Note igualmente que la puerta de las chicas estaba abierta, camine lentamente y sin hacer ruido alrededor de haya, al resistir abrà la puerta un poco mas y asome la cara. Una mujer vestida de negro y con capucha estaba parada en medio de la habitación, frente a lo que parecÃa ser un pentagrama, repitiendo una y otra tiempo: “De plaza en plaza, de villa en villa, sin Dios ni Santa MarÃa…†De la nada hizo mutismo y volteo a mirarme, sentà mi cuerpo temblar y me petrifique de terror, su cara Cuadro como la de un caballo, y su cuerpo parecÃa estar cubierto de pelo, sus manos eran como las de un perro y tenia pesuñCampeón en sitio de piernas. Dio un espeluznante gruñido y sus facciones se volvieron inclusive mas infernales, yo trate de pasar pero tropecé al voltear, entonces sentà como aquel demonio me tomaba del tobillo y arrastrándome me sacaba de la casa, me arrastro un poco colina arriba, hasta que perdà el conocimiento al golpearme con una piedra. Cuando desperté, estaba totalmente desnudo y liado a un poste por las muñecas, mire a mi alrededor y pude distinguir a no menos de veinte personas, vestidas de negro, haciendo un cÃrculo cerca de de una inmensa fogata, repitiendo siempre esa maldita frase “De plaza en plaza, de villa en villa, sin Todopoderoso ni Santa MarÃa…†Detrás de mÃ, note que se encontraba la vieja cabaña abandonada que habÃa visitado con Marcos aquel dÃa, y ellos, mis amigos, estaban igualmente atados a postes, totalmente desnudos, y con el vientre descubierto de ala a lado, sus intestinos colgaban fuera de sus cuerpos y su sangre hacia charco en la tierra.
Hola, quien esté leyendo esto espero que sea alguien que me crea sobre poco que me paso hace meses , algo escalofriante que cada momento que me acuerdo tengo unas tremendas ganas de darme un tiro en la comienzo porque de ninguna manera lo puedo olvidar… Todo sucedió un dÃa que el frÃo amenazaba... Ver mas
Puedo ver un hilo de fuego colándose por la ventana, que de cierta forma me entregó algo de calma. Inclusive FiguraÃ, me da miedo abrir las cortinas, rasgar las ventanas…los excitación comienzan a pasarme la cuenta.